miércoles, 1 de mayo de 2019

Disneyland París

A mí también me parece increíble estar escribiendo de nuevo aquí pero la noticia lo merece. He sido contratada para un Programa de formación de 12 meses en Disneyland París. Aprenderé francés mientras trabajo de nuevo en la compañía de mis sueños.

La vida Disney me llama y yo, por supuesto, respondo.

Podéis seguir mis aventuras en estelaendisneyland.com o mi Instagram @estelaendisneyland

Gracias por leerme,

Estela.

lunes, 1 de febrero de 2016

Un nuevo comienzo

¿Quién me diría a mí que me encontraría haciendo una nueva entrada en este blog? Da igual, porque no le hubiese creído. Para que veáis que no os miento, aquí os dejo la dirección del blog de mi nueva aventura porque estáis totalmente invitados a compartirla conmigo:

http://estelavuelveadisneyworld.blogspot.com.es/



Estela.

jueves, 29 de agosto de 2013

The end

Supongo que ya no tiene sentido alargarlo más. Durante unas semanas me he aferrado al hecho de que no despedir este Blog significaba no despedir el programa, pero ya no le encuentro el sentido a seguir así. Nos pese más o menos, la cuestión es que hace un mes estábamos en un avión volviendo al lugar de dónde habíamos partido casi siete meses antes. Me guste o no, es hora de aceptar la realidad.

Levo casi un mes pensando mil formas distintas de hacer esta última entrada: con fotos especiales, con menciones a todo el mundo, con un repaso a todo el programa, con un resumen de lo mejor y lo peor para sacar conclusiones con vistas esperanzadoras del futuro... también me planteé no cerrarlo nunca y dejarlo estar. Pero yo no soy así, quería terminar lo que empecé así que he elegido esta noche para escribir, aun sin saber muy bien con qué intención.


Una buena forma de ver las cosas es alejarte de ellas para poder poner distancia y opinar más objetivamente. Probablemente la primera semana de estar en España hubiese escrito aquí en letras mayúsculas: QUÉ FELIZ SOY DE ESTAR EN MI CASA. En cambio, la segunda, el tema hubiese sido mucho más del tipo: QUIERO VOLVER YA A ESTADOS UNIDOS. Ahora, tras un mes, me siento capaz de dominar ambos extremos. Esta experiencia supone los mejores meses de mi vida y nadie me la puede ya quitar, es algo mío y para siempre. A partir de ahora soy una persona que sé que es capaz de coger las maletas y alejarse de su casa para vivir sola, de enfrentarse a un idioma que no domina hasta acabar utilizándolo más que el suyo propio, de trabajar 50 horas semanales de pie ante una registradora, de llevar los trajes más horrendos del mundo y con todo sacarles partido, de correr detrás del autobús porque cinco alarmas no fueron suficientes para sacarla de la cama, de hablar con gente nueva cada día sin miedos ni vergüenzas... una persona capaz de hacer algo que otras muchas dejan pasar por miedo a lo desconocido.
Pero eso sí, la sensación que tuve al salir del aeropuerto y ver a mi madre, mi padre y mis hermanos... eso no lo cambio por nada. Las ganas de llegar a casa, de achuchar a mi perro, de dormir en mi cama, de enseñar todas las cosas que había traído, de contarles lo que había vivido... ¡¡Incluso me alegré de recuperar mi vieja BlackBerry!! (La euforia de esto último se pasó rápido, lo confieso).

Luego quedar poco a poco con la gente que te ha estado esperando aquí, que tienen cosas que contarte y miles de preguntas que hacerte. Y los primeros días fue todo maravilloso, la sensación de estar en casa, de sentirte igual de querida, que nada había cambiado... pero los días pasan, y la realidad llega. Te ves deshaciendo maletas a las que se les desbordan los recuerdos y te sientas en el suelo a pensar ¿qué hora es allí? ¿que estaría yo haciendo si...? Y entonces la gente empieza a hablar de cosas que no entiendes, porque tú no estabas, y tú empiezas a hablar de cosas que ellos no entienden, porque tú seguías sin estar. Y te das cuenta que algo ha cambiado. Que de hecho ha cambiado todo, porque tú has cambiado.
Meses fuera y tú con la ilusión de que has puesto el PAUSE y que al volver todo se reanudará, pero no. Al volver tienes que arreglar los papeles del nuevo curso, volver al trabajo que no es que esté mal pero ya no es Disney ni lo será, reordenar la habitación para conseguir espacio a todas esas chorradas que te empeñaste en traer y sobretodo borrar decenas de personas del FaceBook porque ver sus fotos va a hacer que te salgan sarpullidos de envidia. Cuando pulsas PLAY te das cuenta de que quizá fuiste tú quien se quedó congelada, y que moverse duele.
Y así, en conclusión, y hablando siempre desde lo personal pero sintiéndome respaldada por más de uno aunque nadie diga nada... no ha sido un mes fácil emocionalmente hablando. He tenido que dividirme entre lo egoísta que me sentía por no agradecer la experiencia como era debido y el sentimiento de "me da igual ser egoísta, yo solo quiero quejarme porque es gratis". Y sí, gratis es, pero también cansa. Y alargar este Blog me cansaba mentalmente aún más.


Echo de menos muchas cosas. Muchas muchas. Demasiadas. La despedida fue lo más duro de todo, los últimos días: saber que lo que estabas haciendo lo hacías por última vez, que el suelo que pisabas lo pisabas por última vez, que la gente que veías la veías por última vez...
Echo de menos a muchas personas, echo de menos ver personajes de ficción cada día, echo de menos el túnel secreto de Magic Kingdom que olía mal pero tenía música tan decente como el Aserejé y echo de menos no aburrirme nunca. De echo podría hacer un Blog entero dedicado a lo que echo de menos. En cambio no echo de menos los autobuses porque adoro mi coche y tampoco echo de menos tener que llamar a mi madre cada día, porque ahora la tengo aquí para molestarla en persona. No echo de menos el clima de Florida porque nunca me gustó, por el contrario me lleno de vida volviendo a quedar en Sol y recorriendo Gran Vía. Puede que mi ciudad no tenga un castillo con fuegos artificiales cada noche, pero necesitaba Madrid mucho más de lo que ahora necesito Orlando. ¡Y además vuelvo a tener una habitación para mí sola!


La decisión de hacer este viaje fue, hasta el momento, la mejor que he tomado nunca. Me ha aportado libertad y experiencias difíciles de adquirir en otros lugares, me ha dejado un currículum impecable, he conocido gente que no cambiaría por nada del mundo y me siento orgullosa de haberlo completado. Me gusta imaginármelo como una burbuja, una burbuja de felicidad. Durante un tiempo hemos vivido en una especie de sueño, que es lo que parece cuando pienso en todo ello, y ahora hemos despertado. La burbuja se ha pinchado y nosotros hemos salido convertidos en otros, pero siendo los mismos.
Y en fin, voy a ir cortando lo de la filosofía y lo de echar de menos (especialmente evitaré recordar el cine con refill de palomitas o a mis puertorriqueños amados).


Supongo que solo me queda agradecer.

Gracias a la URJC por tener el convenio perfecto para mí. Gracias a la UCR por escogerme. Gracias a Soledad Carretero por ayudarnos con los papeleos infernales. Gracias a mi familia por apoyarme, por los consejos y por el dinero. Gracias al piloto del avión que no se estrelló cuando volamos hacia allí.  Gracias a los que se quedaron aquí echándome de menos. Gracias a los que me han recibido al volver como si el tiempo no hubiese pasado. Gracias a mis coordinadores y mánagers de los diferentes trabajos por hacerlo todo más fácil. Gracias a mis compañeras de piso por haberme enseñado a convivir sin matar (menos a la alemana, que me robó el árbol de Navidad). Gracias a los profes de las clases, los diplomas quedan preciosos allá dónde los cuelgue. Gracias al colegio Hogwarts de Magia y Hechicería por dejarme vivir durante unos minutos la vida con la que soñé durante años. Gracias a los tíos y primas de Patri por compartir la noche en el castillo. Gracias a los padres y hermana de Marta por compartir la última cena. Gracias a mis compañeros de trabajo, que siempre estaban ahí para sacar una sonrisa. Y por supuesto, gracias a mis compañeros de aventuras; salimos juntos de España con las mismas sensaciones y aunque ahora la realidad nos haga separarnos, vosotros formáis parte de mi burbuja feliz, y eso no lo podrá cambiar nadie jamás.
Por supuesto, gracias a Disney Company por haber reafirmado que son la empresa a la que quiero pertenecer y por la que voy a luchar. Gracias a mi querido Mickey Mouse por pagarme semanalmente de la manera acordada. Y bueno, no podían faltar los agradecimientos al señor Walter Elias Disney, que no sé si en su día llegaría a darse cuenta de lo que estaba creando pero... lo hiciste, sí señor.

Y, finalmente, gracias a vosotros, a todos los que hayan pasado por este Blog. Ya seáis familia o amigos míos o de mis compañeros o simplemente desconocidos, espero haberos aportado algo durante este tiempo. A lo tonto, a lo largo de los meses me he hecho con miles de visitas y recibido comentarios bastante positivos acerca de la página. Me alegro de que lo hayáis disfrutado, de haber compartido esta experiencia en Internet y espero que le sirva a alguien para animarse a vivirlo.

Yo, de momento, me quedo aquí recuperando mi vida, mi rutina, mis estudios, mi trabajo, mi idioma y mi ciudad. Desde luego no soy la misma que empezó a escribir aquí hace unos meses, me llevo unos kilitos de más (en los que trabajaré, prometido) y miles de recuerdos que estarán conmigo de aquí a siempre, pero al fin y al cabo tampoco he cambiado tanto porque sigo siendo muy genial (¿verdad que sí?).



Y llega el momento de decir adiós. No es un hasta luego, no. Es un adiós. Bueno, más que un adiós es un hasta siempre. Sí, eso es. Hoy no os diré que os echo de menos pero sí os recordaré eso de que os quiero. Espero veros pronto, en algún otro Blog sobre algún otro viaje con alguna nueva vida....

Hasta siempre,

Estela.

jueves, 25 de julio de 2013

Make a Wish

Supongo que os preguntaréis qué me hace escribir dos veces en el mismo día cuando mi blog ha llegado a estar abandonado durante semanas. Pues bien, estoy segura de que lo merece. El texto anterior lo escribí esta mañana, aunque lo tenía pensado de anoche porque entonces tenía demasiadas cosas en la cabeza y las lágrimas me impedían ver el teclado con claridad.
Ayer fue un día difícil y triste. Trabajé mis últimas 11 horas en Disney World. Tuve que decir adiós a amigos, clientes, al señor del piano, al menú, al túnel, a mi locker, a los pargos, a la cocina, a las bandejas, al topping bar, a las papas fritas... tuve que decir adiós a la que ha sido mi vida durante seis meses. Y no fue bonito, pero sí especial. Sobretodo porque no me dejaron hacerlo sola.

No os podéis ni imaginar la que se me estaba viniendo encima durante el último viaje que me tocaba hacer en el bus hasta Commons. Mi plan era sentarme al fondo a llorar durante 40 minutos y llegar a casa para beber agua y así poder seguir llorando. Pero mi plan perfecto y sin fallos se interrumpió en el momento en que apareció Marta en la cocina, cuando se supone que debería estar en el aeropuerto disfrutando los primeros momentos con su familia. Pero resulta que todos se habían puesto de acuerdo para estropearme el plan sin fallos, y no podrían haberlo hecho mejor. Aún con las maletas en el coche, cansados del viaje, aparecieron todos juntos en el restaurante para abrazarme y cenar por última vez en el parque. Pocas son las palabras de agradecimiento que puedo escribir aquí para todo lo que me hicieron sentir en ese momento. Anoche, durante unas horas, formé parte de la familia Agüí Gil y de todo corazón digo que fue la mejor forma de despedirme de Magic Kingdom.
Muchas gracias de nuevo ¡¡pronto me tendréis cenando en casa para ver la mampara nueva!!


Y después de haber despedido a mi parque, quedaba un día libre antes de salir mañana hacía Miami: hoy. Había muchas maneras de decir adiós a este programa: podría haberme quedado en casa para conseguir que todas mis cosas quepan en la maleta (cosa que hasta el momento parece un imposible, me hace falta la señora Paty para esto), podría haberme escondido bajo las sábanas a llorar, podría haber intentado recorrer por última vez los parques o podría también haberme unido al grupo de la UCR que iba a ver Wishes todos juntos por última vez.
Pero no sé por qué ninguno de esos planes estaba hecho para mí, así que decidí tomar una alternativa que llevaba persiguiendo desde el principio del programa. Una vez más he hecho algo demasiado tarde (OJALÁ lo hubiese hecho antes para poder repetirlo, repetirlo y repetirlo), pero ha sido la mejor decisión que he tomado. No había mejor manera de despedirse, señores, que siendo Disney VoluntEAR en Give Kids The World.

Supongo que no hace falta explicar que Disney tiene un programa de voluntariado porque, como ya sabéis, Disney tiene de todo y esto no iba a faltar. Quizás lo que sí os debería explicar es qué es Give Kids The World, y para ello os voy a contar la historia de Amy:
Ella era una niña enferma de leucemia cuyo deseo era ir a DisneyWorld. Cada vez estaba más débil así que sus padres decidieron llevarla y reservaron una estancia en el albergue de un hombre que las ofrecía gratuitamente para familias de niños terminales. Pero, por desgracia, el viaje fue demasiado largo y ella no lo soportó. Fue entonces cuando el encargado del hostal decidió que no quería que la historia de Amy se repitiese jamás y creó un complejo residencial llamado Give Kids The World. En él se acoge a los niños a los que no les queda mucho tiempo de vida y a sus familias, si que tengan que pagar por ello.

En él participa otra organización que está a su vez afiliada de alguna manera (pero no me preguntéis mucho más allá porque no entiendo de estas cosas) con Disney: Make a Wish, que se dedica a cumplir de forma gratuita los sueños de los niños enfermos. Así que muchas familias entran a Disney de forma gratuita y disfrutan de otras ventajas durante su estancia gracias a esta asociación, y además otorga su programa de voluntariado como el que yo he hecho hoy. Un ejemplo precioso que quiero compartir con vosotros es que la voz que canta la canción Wishes de los fuegos artificiales es la de una niña enferma cuyo deseo era escribir y cantar para el show de Disney. Ellos lo hicieron realidad y ahora cada noche miles de personas la escuchan aunque ella ya no esté entre nosotros. Suena tan triste cómo es en realidad, pero también es un gesto precioso el que hacen organizaciones como éstas.


Yo esta tarde he estado en Give Kids The World Village, y no sabría describirlo. Es un lugar con casas de colores, con muñecos por todas partes, con muros pintados, con un tiovivo en la plaza central, setas gigantes, un árbol que ronca... es como un pequeño pueblo de cuento. Pero cuando dejabas de centrarte en lo que te rodeaba y bajabas la mirada al suelo, te fijabas en que las baldosas estaban grabadas cada una con un nombre y una fecha. Supongo que hay que ser muy fuerte para estar cada día ahí con una sonrisa en los labios, pero es que esa sonrisa es lo que ahí se necesita.
Después de orientarnos y darnos pasos a seguir en caso de emergencia, nos han dado un costume a cada uno y nos han dicho que nos preparásemos para formar parte de la cabalgata de Navidad. Y es que en este pueblo cada jueves es Navidad, llega Santa Claus con regalos para todos y hay fiesta en la plaza. A mí me ha tocado ser una especia de esquimal, o hada de las Nieves o algo así... ¡¡me ha encantado mi traje!!


ESTELA CHARACTER



Vestidos de hadas, elfos, regalos y demás, hemos acompañado a las mascotas de la ciudad por una pequeña cabalgata con música navideña hasta la plaza. Por el camino íbamos saludando a las familias y a los pequeños, y luego en la plaza nos hemos hartado a bailar. ¡¡Os juro que hacía años que no sudaba tanto!!
Ha habido un momento en que todos hemos cerrado los ojos para desear que comenzara a nevar y al abrirlos estaba cayendo espuma. Todos los niños se han vuelto locos de felicidad. Supongo que en su vida han visto la nieve, y menos en Florida, y por desgracia la mayoría de ellos no tendrán la oportunidad de hacerlo así que ¿a quién le ha importado de qué estuviese hecha? Hemos bailando todos juntos bajo la nieve de Florida, y ha sido genial.

Durante uno de los bailes se me ha acercado un niño con la chapa en la camiseta (la chapa indica que él es quien está enfermo) y le he enseñado unos cuantos pasos de baile seguidos hasta que hemos terminado haciéndolo juntos a la vez. Otra de las hadas del invierno (éramos tres vestidas iguales) se ha acercado para unirse y los tres juntos hemos formado un equipo. El pequeño nos ha tendido la mano diciendo que se llamaba Dave, que se alegraba mucho de conocernos. A partir de entonces no nos ha soltado del brazo a ninguna de las dos, se ponía siempre en medio y guiaba nuestros pasos.
Durante una de las canciones se ha quedado parado de repente, ha extendido los brazos y ha empezado a respirar demasiado rápido. Mi compañera le ha preguntado si se encontraba bien y él ha dicho que se estaba mareando. Deberíais haber visto nuestras caras, la mirada que hemos cruzado ambas reflejaba el mayor temor que hemos pasado en nuestra vida. Le hemos alejado un poco del grupo central para que se relajase y, afortunadamente, en apenas un minuto nos estaba cogiendo a cada una de un brazo y diciéndonos que quería bailar más. Y creedme cuando os digo que lo ha hecho con más energía de la que he tenido yo en toda mi vida. Luego se ha despedido con un abrazo y lanzándonos un beso. Supongo que esa era la despedida que yo necesitaba después de seis meses.

Por ello ha sido una experiencia realmente maravillosa que me gustaría haber hecho antes, que me ha llenado por completo, ha sido la guinda de este pastel. Y desde luego ahora me es imposible parar aquí, ya he buscado a la compañía Make a Wish en España para empezar a colaborar con ellos en cuanto llegue. Así que, por todo lo que he vivido hoy, quería contároslo rápidamente. Y también para retrasar el momento de cerrar la maleta definitivamente, para que engañarnos...

Pero bueno, quizás debería dejar de evitar afrontar la realidad. Mi programa ha acabado, ya no soy una Disney Cast Member pero por otro lado ya no dejaré nunca de serlo. Todo lo que he aprendido en este programa se va a quedar conmigo para siempre, esté a mi lado no. Así que desde aquí y sin que tú nunca lo sepas, querido Dave, te deseo la mayor suerte del mundo y que no sufras ni un poquito, que ni siquiera te enteres... porque no te lo mereces. Gracias, pequeño.

Por el momento me despido, que tengo imposibles que realizar con el espacio de mi equipaje. Podéis empezar la cuenta atrás para volver a verme, si es que no lo habéis hecho ya...

Estela.


When I say happy, you say...

No  me hace falta ser adivina ni demasiado inteligente para saber qué ha ocurrido hoy. Ni siquiera me hace falta haber estado presente, porque yo ya lo sé. Y puedo ir más allá y deciros que también sé lo que ocurrirá mañana. Incluso, arriesgándome a alardear demasiado, podría contaros una historia que ocurrirá dentro de un año.
Y puesto que es mi blog y las cosas se hacen (las hago) a mi manera, eso es precisamente para lo que he venido. Voy a contaros una historia que ocurrirá dentro de... ¿por qué no? un año. Exactamente el 25 de julio del año 2014.

Ese día, un niño abrirá los ojos y se quedará desconcertado durante los primeros segundos. No olerá a su casa, ni siquiera estará en su cama, así que de repente todos los recuerdos del día anterior le llegarán de golpe: las maletas, el avión, la llegada al hotel, los nervios... Bajará de la litera para despertar a su hermana pequeña que duerme abajo (él habrá pedido la de arriba porque será el mayor y el más valiente), y juntos saltarán a la cama de sus padres.
La familia al completo bajará a desayunar a un buffet, pero probablemente no hayan terminado de mezclar la leche con el café cuando en su mesa aparezca Pluto para darles los buenos días a base de abrazos. Nuestro pequeño amigo apenas podrá comer, pues solo estará pensando en el momento que llevaba esperando toda su corta vida. Un momento que al final llegará muy pronto, cuando al bajar del autobús se encuentre frente a un cartel gigante que diga: LET THE MEMORIES BEGIN.

Mientras su hermana tímidamente agarre la mano de mamá, él se adelantará corriendo al sonido de la música del tren que se acerca repleto con sus ídolos. Allí estará de nuevo Pluto, acompañado de Donald esta vez, y también Aladdin. Entonces se dará la vuelta para señalarle a su hermana cómo las princesas les están saludando desde lo alto, y ella, sin soltar la mano de mamá, les devolverá el saludo. Y entonces, entre aplausos aparecerá él, el único ratón con pantalones, el señor Mickey Mouse. La emoción disparará al máximo su corazón en el momento en que todos al unísono comiencen la cuenta atrás para el día más feliz de su vida, para el primer día en Magic Kingdom.

Ahora podría detallaros cómo el niño entrará corriendo a un mundo mágico, cómo los problemas del día a día, las preocupaciones por lo que el viaje ha costado y los miedos que produce la realidad se quedarán tras el cordón de terciopelo. Ese niño recorrerá tiendas con tartas imposibles, con muros formados por peluches, con Mickeys escondidos donde nadie puede verlos... Ese niño, dentro de un año, se abrazará a aquellos a quienes solo podía ver en dibujos animados. Ese niño jamás se fijará en que el sombrero de Goofy tiene un imán para que no se caiga mientras baila en el show frente del castillo. Ese niño tomará a su hermana de la mano para acercarla a Aurora, su princesa favorita, después de haber esperado 20 minutos a que ella se probase todos los vestidos de la tienda de princesas. Luego se reirán juntos atacando a su padre con espadas piratas y saludarán a la cámara que mamá sostiene mientras ellos dan vueltas en el carrusel.

Ese niño estará rodeado durante todo el día de gente que le hará sonreír, de personajes que cobran vida para él, de hamburguesas cuyo bacon estará colocado en forma de X solo por qué el lo pidió así... Ese niño será feliz, sin preocupaciones más allá de esperar una cola demasiado larga. Luego terminará el día más feliz de su vida frente a un castillo del que salen fuegos artificiales de mil colores y formas. Su hermana se tapará los oídos alguna que otra vez, asustada por el ruido, pero siempre con la vista en lo alto y los ojos muy abiertos...

Ese niño se irá y, un buen día, dentro de muchos años, volverá con un pequeño agarrado a su mano que tirará de él repleto de impaciencia. Ese día, ya dentro de muchos más años, nada será igual para él pero quizás, mientras mire cómo sus hijos miran al cielo, la sensación vuelva a ser la misma: FELICIDAD.


Ni ese hombre ni ese niño, ni tampoco su hermana, sabrán que antes hubo allí alguien que se llamó Estela. Alguien que aprendió a vivir eso cada día durante seis meses a través de los demás. Alguien que se alegraba de verlos felices, que intentaba formar parte del mejor día de sus vidas. Dentro de un año no habrá ninguna Estela (al menos de Madrid, Spain), pero cuando alguien cuente esta historia en pasado... entonces sí, entonces sí había una Estela.

sábado, 13 de julio de 2013

Olor a final

Nunca hasta ahora me había sentido tan dividida entre lo que quiero y lo que deseo. Todo lo que deseo está aquí, en Florida, con un trabajo en uno de los lugares más felices sobre la Tierra (o así lo vendemos, al menos), con amigos de todas partes del mundo, ganando dinero semanalmente para gastar o ahorrar bajo mi criterio, hablando inglés, alejada de responsabilidades, de libros, de exámenes, de problemas... pero todo lo que quiero se quedó en España, esperándome: mi familia, mis amigos, mi perro, mi coche, mi bolera, mis carreras a medio terminar, mi comida, mi cama e, incluso, mi gato.
Por todo ello, según van pasando los días me voy volviendo más bipolar entre saltar de alegría por volver a recuperar mi vida para cinco minutos después hundirme en una depresión digna de esconderse bajo las sábanas hasta octubre. Supongo que es lo propio de estar viviendo la agonía final de este programa, y que es ahora cuando hay que quedarse con lo bueno, con lo aprendido y... ya sabéis, blah blah blah.

Como el título de la entrada dice, estas semanas se palpa el final por todos lados. Punto número uno y digno de ser recibido con aplausos: LA GRADUACIÓN FINAL. Sí señor, el grupo que llegó desde California allá por el lejano enero ya tiene sus orejas. Y es un orgullo decir que nadie se ha quedado atrás, que todos podemos colgar nuestros diplomas con la misma sonrisa de oreja a oreja (espero que pilléis la gracia del chiste de las orejas que acabo de hacer, porque me siento muy original esta mañana).


UCR




Más allá del grupo UCR, nos venimos a centrar en el grupo español. Vinimos 16 y nos vamos 16. Nos llaman el grupo del silencio porque no hemos dado problemas en todo el programa. Sea lo que sea en el futuro, aquí hemos vivido y compartido cosas que ninguno olvidaremos y que pocos más tendrán la suerte de conocer. Hemos sido compañeros, amigos y apoyo unos de otros durante seis largos meses. Quiero a todos y cada uno de ellos, forman parte de la mejor etapa de mi vida hasta ahora y tengo demasiado que agradecerles como para poder hacerlo en estas pocas líneas. Chicos, gracias por todos, y aunque hayamos sobrevivido al programa nosotros siempre seremos Terminated. ¡¡Os quiero, España!!



 URJC



Y por supuesto gracias a mis jefes, que no podrían haber sido mejores ni más originales. Y me guardo el orgullo personal para mí misma, que al fin y al cabo soy quien ha venido hasta aquí ¿no?

ESTELA CON OREJAS





Obviamente la graduación era el punto más destacable del final del programa, pero no el único. Empiezan a llegar muchos compañeros nuevos y empiezan a irse otros ya conocidos. Ayer fue un día triste en Vista Way, lleno de maletas y despedidas, porque se fue una oleada de estudiantes de los que también llegaron en enero. Además todos empezamos la cuenta atrás en nuestros calendarios y nos agobiamos por las últimas cosas que nos quedan por hacer...
En mi caso me tocó decir adiós a mi roommie italiana. Hicimos una cena todas en casa, cada una aportando comida de su tierra (pasta italiana, tacos mexicanos, tortilla española, pretzel alemán). Y ahora han anunciado desde Housing que cuando Patri y yo dejemos la casa dentro de dos semanas, las tres compañeras que quedan se tendrán que mudar para dejar la casa completamente vacía para 8 nuevas peronas. Así que aquí ya nada será lo mismo, por lo que se ve.


Pero bueno, como tampoco queremos quedarnos con el lado triste, vamos a pasar al punto final que nos señala que esto se acaba pero cuyo olor nos llega un poco más salado: VACACIONES. Y es que un grupo de españolitos decidimos irnos un par de semanas antes de terminar para desconectar y volver con las pilas cargadas para la recta final. Y para que negarlo, lo hicimos muy bien...

¿DESTINO? BAHAMAS


¿TRANSPORTE? CARNIVAL SENSATIONS


¿COMPAÑÍA? LA MEJOR



Si alguna vez habéis hecho un crucero, pues os lo podéis imaginar, y si no... solo os puedo aconsejar que lo hagáis. Ha sido un viaje final perfecto, me lo he pasado genial y la verdad que las Bahamas es un sitio digno de visitar. Además cabe destacar que desembarcamos en la capital Nassau el día que celebraban el 40 aniversario de su independencia. Pudimos vivir por la noche la fiesta, con bailes y música típica, representación de los militares, fuegos artificiales... no podría haber sido mejor, la verdad.

De recuerdo me llevo mi primera pulsera de la amistad (tobillera en realidad, pero con el  mismo significado) que me he ganado después de 6 meses siendo sociable, unos cuatro kilos de más por culpa del buffet 24 horas, y un moreno de revista. O eso espero, ya os contaré cuando mi piel deje de ser roja y pueda volver a sentarme con normalidad.

Lo cierto es que la vuelta al trabajo luego fue un golpe serio, casi me apetecía más meterme en la cama y aparecer en España de repente que volver a la rutina para luego revolver a otra rutina completamente diferente. Pero lo cierto es que ayer el día de trabajo lo mereció, porque Marta y yo dimos interesante clases de Historia con nuestros compañeros y ahora sabemos, por ejemplo, que el primer rey de África fue Mufasa, el segundo Simba y el tercero Tarzán, que se caso con Chita porque tenía más pelo que Jane. Y por si eso no hubiese sido suficiente risa para las 6 horas de caja, lo mejor llegó cuando nuestro querido Sonny se quedó dormido en mitad de la actuación. Se hizo el silencio durante unos 20 minutos en Cosmic Ray's mientras el alien estaba petrificado en el escenario. Fue un momento más mágico que cuando está tocando el piano, os lo puedo asegurar.


Y bueno, queridos, esto se acaba pero todavía quedan dos semanas de exprimir hasta el fondo esta experiencia, de seguir trabajando como hasta ahora, de dar la bienvenida a los nuevos, de correr a hacer las últimas compras, sacar provecho a los descuentos, gasta los dólares en efectivo que nos quedan por los bolsillos... De momento yo me despido, podría hacerlo diciendo que os sigo echando de menos y queriendo, aunque hoy prefiero cambiarlo un poco.




Esta vez lo voy a dejar en un hasta pronto,


Estela.


sábado, 22 de junio de 2013

Resort Hopping

Hola, hola, hola hola, holaaaaaaaaa. Os traigo un secreto, una revelación, una noticia, una primicia, una novedad, la clave del periodismo que llevo estudiando 4 años... Florida, el Sunshine State, ES MENTIRA. ¿Pretendíais venir aquí con una maleta llena de bikinis? ¡¡Pues MAL!!

LA REALIDAD


Esos 9 segundos de vídeo os resumen lo que viene a ser cada día aquí, que se basa en que te levantas y te derrites porque te pega el sol de tal manera que te confías y sales de casa en ropa veraniega. Cuando ya estás lejos, cuando ya es demasiado tarde para arrepentirte, unos nubarrones negros aparecen de la nada. Es entonces cuando comienza el aire, que ingenuamente agradeces porque te estabas muriendo de calor. Luego llega el silencio, y de repente ahí está... un trueno. Y así, sin avisar, te cae una lluvia calentorra encima que te cala hasta los huesos en pocos segundos. Luego viene la parte divertida en la que te subes a un autobús o te metes en algún sitio para refugiarte PERO, ah, queridos amigos, habíais olvidado el aire acondicionado que tienen en toda América puesto al máximo. Conclusión, chorreando agua y tiritando hasta que se pasa la tormenta que suele durar unos 15 o 20 minutos.
Una vez termina este proceso, se queda un ambiente de humedad extrema y calor sofocante que me hace sudar más que el gimnasio al que dejé de ir a la segunda semana. Y luego todo se vuelve un ciclo que se repetirá varias veces hasta el final del día, cuando se va el sol, y ya solo se queda el calor sofocante.

Una vez te acostumbras es casi divertido, pero en fin... que del Estado donde brilla el sol nada de nada, todo mentira ya os lo digo yo. O eso, o como me dijo el otro día un cliente: "Disney ha programado el cielo sobre su territorio para que llueva cuando pulsan un botón, y así ganar más con la venta de paraguas." Todo puede ser, supongo yo.


Pero bueno, una vez concluida mi labor periodística de desenmascarar Florida, me centro en enseñaros lo que venía a enseñaros. Hoy tengo un rato libre, muy poco sueño y he hecho recopilación de fotos así que aquí estoy para traeros algo de información nueva sobre Walt Disney World.
Hoy toca centrarnos en los hoteles, o como dicen aquí, Resorts. Por supuesto puedes ir en plan ahorrador y quedarte en un hotel cualquiera a las afueras que será mil veces más barato PERO te estarías perdiendo lo que viene a ser la experiencia Disney, que es lo que se vende y, para que mentir, lo que merece la pena.

Aquí tenemos 22 hoteles, cada uno con temática distinta, pero siempre con algo destacable. En Wikipedia tenéis todos los nombres y fotos y todo tipo de información, pero como dudo que os interese hasta ese punto pues yo os voy a enseñar lo que yo he visto y lo que a mí me ha gustado. La cosa es que todos los Resorts Disney tienen autobuses gratis hasta los parques, o barco, o monorail... y además los personajes suelen pasearse por allí en los desayunos o cenas.
Bueno, tengo que decir que aún no me los he hecho todos pero ya me he recorrido el área de Magic Kingdom y medio Caribbean Beach (que es la zona que rodea un gran pantano, con distintos hoteles con playa y comunicados entre sí por barcos y blabla).
Y es que la señora Marta y yo, desde que nos convertimos en cajeras, tenemos un horario de 6 horas al día que consiste en cerrar. O sea, que si no haces nada por evitarlo, tu día se basa en levantarte tarde, ducharte, comer e irte a trabajar para llegar luego a casa a dormir y volver a empezar. Pero como nos queda poco más de un mes y no queremos que nuestra vida se convierta en eso, hemos puesto un poco (tampoco demasiado) de nuestra parte para levantarnos pronto (esta palabra debería ir encomillada, mucho) y aprovechar la mañana conociendo los Resorts.

Y si más dilación, paso a mis favoritos hasta el momento.


Pop Century Resort

Me encanta este hotel porque está ambientado en el siglo pasado, con una línea del tiempo en la pared del hall que tiene fotos desde que se inició la compañía Disney hasta finales de los 90's, con fotos y ropas originales que se usaron en pelis... además siempre suena de fondo música pop de la época, como The Beatles o Cyndi Lauper.

MICKEY Y MINNIE EN LOS 70


Tiene una piscina muy grande la verdad, y muñecos gigantes entre los edificios de habitaciones. Además allí encontré una zona de recreativos que tenía máquinas como las de mi bolera, las que tantas veces yo he limpiado, y me emocioné mucho.

FAMILY BOWL 2




Art of Animation Resort

Podría decir que es mi más preferido de todos, porque se basa en los personajes Disney. En el hall hay un montón de dibujos a escala gigante de cientos de personajes en sus fases originales y como fueron evolucionando. Lo que es el hotel se divide en cuatro zonas: Cars, Nemo, Rey León y la Sirenita.
Podría estar toda la vida hablando de este hotel porque es demasiado genial, en serio. Recrea la película de Cars con los personajes, con la gasolinera y la tienda de neumáticos y TODO a tamaño real. Los carteles que te indican el número de edificio y habitaciones son como los de la Ruta 66 y en vez de sombrillas en la piscina, las zonas de sombra para las hamacas son conos gigantes como en los que duermen los personajes de la peli.

RAYO



No puedo enseñaros todo el hotel, porque estaría todo el día, pero es que la parte de Nemo tiene una piscina que debe ser la mejor piscina de las piscinas. Tiene a todos los personajes echando agua, con suelo blandito para que los niños no se maten, y las duchas son medusas gigantes para que te metas debajo. Pero no contentos con eso, han recreado la anémona donde viven Nemo y Marlin, y ellos están dentro mirando hacia la piscina. Y están las tortugas, y el profesor Raya, y Dory...


MATE


Luego está la parte de la Sirenita, que destaca por tener los personajes también pero no es tan divertida porque no los tiene en la piscina si no para hacerse fotos y eso. Lo que si me parece genial es el hecho de que si buceas en esa piscina, escuchas música. Porque es magia.
Y bueno, podría describiros como casi me pongo a llorar cuando entré en la parte del Rey León y me encontré a Mufasa sobre la roca del rey, a tamaño real. En fin, cualquiera que me conozca se lo puede imaginar y los demás no lo intentéis, a ver sí así conservo un poco de dignidad. Y digo un poco porque la perderé en la siguiente foto, pero es que yo estas cosas no puedo evitarlo... También recrean el cementerio de elefantes con las hienas, a Timón, Pumba y Simba en el tronco con la cascada, a Scar, a Nala... y bueno, paro que si no empiezo a llorar de felicidad.

RAFIKI


Como detalle final a este maravilloso hotel, tengo que agradecerle al guest que dejó olvidada su taza de refill, que yo encontré, lavé y me apropié. Es una taza de plástico bastante cara que los clientes comprar en el hotel y luego pueden rellenar de forma gratuita. Así que desde entonces tengo bebidas gratis allá donde voy en Disney, porque puedo.


Grand Floridian Resort

La verdad que este hotel no me gusta, pero es uno de los más lujosos. Podrías encontrártelo en cualquier parte porque no tiene muchos detalles Disney, es todo muy formal y serio con grandes lámparas de araña, un pianista en medio del hall, una orquesta propia...

SUELO DEL HALL


Pero visitarlo me gustó porque me encontré con un amigo que me regaló un globo haciéndome infinitamente feliz. Además está al lado del Wedding Pavilion, que es un lugar muy pijo y bonito donde la gente que se quiere casar a lo Disney y que puede pagarlo, pues lo hace. La novia llega en la carroza de Cenicienta tirada por caballos blancos a una capilla con Mickey en la punta y luego se hacen las fotos con el castillo al fondo. Al final se hace una inscripción con el nombre de los novios y la fecha en una baldosa del suelo. Y aunque suene a chiste, no lo es.

PLAYA DEL WP CON RESORT AL FONDO




Wilderness Lodge Resort

Para el final dejo el que es probablemente mi favorito si no vas con niños y buscas algo más serio. Es un hotel todo de madera, como una cabaña pero gigante. Tiene chimenea con mecedoras y todo, mientras que de las paredes cuelgan totems y tocados indios.


PUERTO DEL RESORT



Es realmente precioso y acogedor, todo rodeado de bosque verde y un lago. Ha sido el que hemos visitado esta mañana y tengo que decir que me he quedado muy muy enamorada. Además, por supuesto, he de destacar que mi roommie española más favorita de todas trabaja allí.
Y nuestra pequeña aventura de hoy ha comenzado en este hotel, desde el que luego pensábamos coger un barco hasta el siguiente. Pero ¿os acordáis de que aquí el tiempo cambia de repente? Pues mientras hacíamos el trayecto en barco de aproximadamente 5 minutos, nos hemos visto obligados a quedarnos en una parada intermedia porque amenazaba tormenta (que, efectivamente, ha acabado sucediendo). Pero la verdad es que el destino se ha portado de lujo, puesto que donde hemos parado es un campamento Disney.

EL VIAJE EN BARCO MÁS CORTO DE LA HISTORIA



Era todo demasiado guay allí como para describíroslo, porque era como una peli americana con su comedor de mesas alargadas alrededor de un escenario todo de madera con candiles. Y todo verde, y había herraduras, y hula-hoops, y conejos, y carruajes, y caballos con nametag propio...
Marta y yo hemos llegado a la conclusión de que estábamos en "Tú a Londres y yo a California". Ella era Lindsay Lohan, y yo también. Luego hemos bailado en un imaginario baile de la noche final y ha sido genial, porque no había nadie. Probablemente podría alargar esta entrada mucho más, pero empiezo a cansarme a mí misma así que os dejo un vídeo que he grabado en el establo.





Dudo que vosotros os aburráis tanto como para leer todo lo que he escrito, pero es que o no me pongo nunca o cuando me pongo tengo demasiado que decir... De todas formas continuaré con el Resort Hopping cuando visite más hoteles y pueda contaros más cosas. Si habéis llegado hasta aquí, gracias y enhorabuena. Como siempre, os quiero y echo de menos...

Estela.