jueves, 28 de febrero de 2013

Sick weeks

Casi es hora de empezar admitiendo que he abandonado el Blog, pero no lo haré porque de nuevo estoy aquí para explicar mi ausencia. Básicamente se basa en falta de tiempo, aunque suene a la excusa más barata del mundo, mezclado con pequeñas cosas que han ido ocurriendo como que me puse muy muy malita del estómago la segunda semana de estar aquí...
Desde que hemos empezado a trabajar por nosotros mismos, tras acabar el training, mi horario ha sido casi siempre de tarde. No es que me disguste puesto que en la universidad es el que he tenido durante tres años y estoy acostumbrada, pero sí es cierto que hace que los días se me pasen sin darme cuenta ya que se basan en levantarme para hacer algo de comer, ducharme e irme a trabajar. Obviamente cuando vuelvo ya es tarde y solo tengo ganas de cenar e irme a la cama para al día siguiente volver a empezar. Así dicho puede sonar a que no hago más que trabajar, pero eso tampoco es verdad ya que tengo dos días libres a la semana que intento aprovechar lo que puedo y algunos ratos libres para desconectar un rato. Y esa es la clave, en el tiempo libre que me queda lo último que me apetece es decir "voy a quedarme en casa para editar un vídeo o para escribir una nueva entrada en el Blog". Y cuando estoy en casa sin salir o trabajar tengo que aprovechar para ponerme al día con los deberes de las clases.

En fin, que entre unas cosas y otras he dejado un poco esto de lado, pero quiero evitar hacerlo porque aquí está una puerta de conexión con mi país, una vía de escape y una forma de guardar recuerdos. Posiblemente si me pusiese a analizar estas tres semanas sacaría millones de anécdotas que contar porque cada día tiene algo nuevo. He conocido un montón de gente nueva, hemos hecho cenas a base de pasteles, he puesto mi primera lavadora por mí misma sin estropear nada, hemos visitado Downtown Disney, casi me he aprendido la canción de Wishes de tantas veces que he visto los fuegos artificiales tras salir de trabajar, he encontrado mis primeros clientes españoles, he empezado a tachar las primeras atracciones de la lista, Patricia y yo hemos acabado con los bomberos en casa tras casi quemar nuestra cocina... y lo más importante, hemos cumplido un mes viviendo aquí.

Febrero ha sido un mes muy interesante y lleno de cosas, así que os voy a dejar algunas de las fotos de momentos de este mes mientras os cuento la historia de hoy, que es a lo que vengo (a parte de a disculparme por la ausencia).

PARA IR ABRIENDO BOCA



Esta mañana me he tenido que levantar a las 4 de la madrugada para entrar a trabajar dos horas después. No había dormido ni descansado muy bien y, como siempre, llegaba tarde así que he tenido que salir de casa sin desayunar. A pesar de ello no he llegado al bus a tiempo (porque éste ha decidido irse unos minutos antes de la hora) así que me he quedado pasando frío sola en la parada durante 20 minutos y a riesgo de llegar tarde al trabajo. Como podréis imaginar no estaba contenta, ni un poquito. Gracias al destino, o lo que sea, el autobús siguiente ha sido bastante rápido y he llegado a tiempo al parque, pero aún así seguía desencantada desde por la mañana y como desahogo he escrito en mi Twitter "Estoy convencida de que a estas horas todo es una mierda" y he entrado a trabajar.

Pues a pesar del frío y el hambre, esas horas han pasado a convertirse en uno de los momentos más emotivos de mi vida (y sí, podéis llamarme cursi). El trabajo que tocaba hacer por la mañana se basaba en acompañar a mi coordinadora a abrir las cajas, y mientras ella lo hacía me ha dejado moverme a mis anchas por el parque ya que yo no puedo tocar el dinero. La conclusión es que he podido ver amanecer en un DisneyWorld completamente vacío, pasear por el interior del castillo admirando los mosaicos con todo el tiempo del mundo y ver cómo el sol iba elevándose sobre una Main Street completamente vacía. También he estado presente en el momento en el que alzan la bandera americana en medio de la plaza, bajo la atenta mirada de la estatua de Walter y Mickey.
No sé, quizás ahora escrito y desde la distancia no parezcan más que tonterías de una friki de Disney pero lo que este mundo significa para mí ha conseguido ponerme la piel de gallina durante las casi dos horas que he tenido para disfrutar de él por mí misma. Ha sido una experiencia mágica que espero poder tener el placer de repetir en las próximas semanas.

WISHES


No voy a negar que el día ha sido largo, ya que he hecho hoy casi 10 horas, pero me lo he pasado tan bien como siempre. He recibido el abrazo de una niña por cambiarle un pin que estaba buscando desde hacía tiempo y he jugado con un pequeño que había perdido a sus papás para que no se asustase hasta que han venido a recogerle, y son esas pequeñas cosas que me han ido mejorando el día aún más. Y cuando por fin he terminado, debía ir a la biblioteca para avisar de que se me había olvidado el DVD que tenía que devolver hoy e informarme de cuánto habría que pagar. Las chicas se han reído y me han dicho que me extendían el préstamo otra semana para que pudiese devolverlo sin ningún tipo de sanción, lo que me ha hecho amarlas hasta el infinito.

MI REGALO DE SAN VALENTÍN



De camino a costuming (que ahora explicaré por qué) he pasado por la tienda de descuentos mientras llamaba a mi familia y he podido hablar con papá, mamá y mis hermanos, y este es siempre uno de los mejores momentos del día porque les siento cerca y apoyándome siempre, además de saber que están bien y ellos también me echan de menos. Luego ha sido el momento de ir a por el nuevo traje, que os explico ahora, ya que me han puesto toda la semana que viene a trabajar en una tienda nueva para mí, en Main Street. Por un lado me da miedo porque es empezar de cero en una zona nueva, con productos nuevos, compañeros nuevos, ropa nueva y todo nuevo, pero por otro me parece genial conocer más gente y cosas dentro de Magic Kingdom (y más aún en la calle principal). Lo de contaros toda mi vida hasta aquí es porque ha sido en costuming dónde he conocido a Gilda, la señora que me ha atendido y que ha terminado de brindar la felicidad a mi día. No me preguntéis por qué o cómo, pero hemos acabado hablando durante más de una hora mientras paseábamos entre miles y miles de uniformes. Me ha hablado de su hija, a la que le recuerdo porque me gustan los tatuajes, y de su hijo que le ha dado una nieta preciosa. Me ha contado cómo acabó en Florida, habiendo nacido en Puerto Rico y cómo supo hacerse la vida aquí, lo feliz que ha sido durante 23 años trabajando para Disney y que no se arrepiente de nada.
Vuelve a sonar insignificante aquí escrito, pero ha sido una sensación genial el llegar a conocer así a una desconocida que sé que a partir de ahora será una amiga.

PARTY NIGHT



A partir de ahí lo que he hecho ha sido volver a casa y darme una ducha para prepararme para salir de fiesta con mis amigos un rato. Nos han dado de cenar gratis, nos han regalado cositas, hemos estado con los personajes de Tiana y el Sapo, y luego hemos bailado en una pista al aire libre hasta que el DJ ha terminado (demasiado pronto para las costumbres españolas). He vuelto a casa andando sola, con mi vestido recién estrenado y mis Converse desabrochadas con la sonrisa más enorme en los labios.
Sé que os he escrito una biblia, pero lo necesitaba mucho porque ha terminado un mes en el que estoy viviendo cosas nuevas por todos lados y justo hoy ha culminado con una especie de lección. Y es que de lo que estoy convencida ahora, al final del día, es de que no hay horas en las que todo sea una mierda si realmente te propones sacar algo de ellas porque siempre va a haber algo genial esperando.

No dudo que sea el espíritu Disney el que me inspira estos consejos de abuela en el día de hoy, y quizás la próxima vez que vuelva a sonar mi despertador a las 4 de la mañana todo esto me sonará a chiste. Pero también puede que no y que simplemente haya aprendido de verdad a, poco a poco, saber ver lo bueno que se esconde en las horas, especialmente en las que fingen ser una mierda.

WORKING AT MAGIC KINGDOM



Espero que me perdonéis la tardanza, la posterior parrafada y la ñoñería que tengo encima para quererme igual que siempre porque yo lo sigo haciendo, igual que os echo de menos. Os adoro.

Estela.

domingo, 3 de febrero de 2013

De tiendas

Los días se me empiezan a quedar cortos. Llevo ya una semana aquí y he hecho tantas cosas que no he terminado de hacer nada. El lado positivo es que ya comienza a estar todo asentado: las maletas vacías, la rutina de ir al trabajo, los turnos de limpieza... Pero ha sido una semana agotadora, puesto que  no hay día que haya dormido más allá de las seis de la mañana, para volver a casa ya a la hora de cenar con ganas solo de darte una ducha para meterte directamente bajo las sábanas.

Ya todos hemos empezado con el "training", para aprender a desenvolvernos en nuestros respectivos roles. De nuevo he sido una de las afortunadas, puesto que comparto el entrenamiento con la señorita Marta, que es española y controla maravillosamente el inglés. No hemos tenido que ir solas los primeros días hasta sitios nuevos ni con gente desconocida, y eso ha sido bastante de agradecer porque nos ha dado mucha más seguridad.

CAST MEMBERS



Os voy a resumir un poco en lo que consiste el trabajo, para que veáis lo bonito que es. El mayor problema de trabajar en Magic Kingdom es que es el parque que más lejos queda de las residencias así que tenemos que coger un bus con bastante antelación ya que tarda una media hora, y luego tenemos que cambiar a otro que lleva otros 10 o 15 minutos y nos lleva hasta el túnel de Disney, que viene a ser como "la parte secreta" del parque. Supongo que no puedo hablaros mucho de este lugar, puesto que solo los trabajadores podemos acceder y los clientes que quieran pagar un tour por él. Pero lo cierto es que me encanta este sitio, que incluye una biblioteca (siiiiiiiiiiiiiiiiii, con todas las películas de Disney para poder alquilar jajajajajjaaja) y una cafetería en la que cada día como rodeada de Ariel, Cenicienta, Peter Pan y otros muchos personajes. Desde este túnel se puede subir a cualquier zona del parque, así que nosotras nos dirigimos a Fantasyland y salimos en una de las tiendas. Fantasyland tiene siete tiendas diferentes y vamos a estar rotando por todas ellas, por lo que no creo que sea un trabajo monótono. Aquí os dejo una foto de lo guapísima que voy a ir cuando esté trabajando a partir de ahora.

FANTASYLAND COSTUME



NEW FANTASYLAND COSTUME




De momento voy a aprovechar a descansar, que mañana puedo dormir hasta las 9 y eso es como hasta las 12 después de madrugar tanto estos días. Ya os sabéis eso de que os quiero y echo de menos, pero os lo repito por si acaso...

Estela.