jueves, 24 de enero de 2013

Días de lluvia

El blog de hoy va a empezar con una historia muy bonita, que sé que os va a gustar a todos:

Esto era un grupo de estudiantes que habían viajado muy lejos de sus casas para prepararse un futuro mejor, con grandes experiencias y manejo de otros idiomas. El curso consistía en acudir a clases de 8 horas diarias durante dos semanas y preparar para el último día de todos una presentación grupal que habría que mostrar ante el resto de alumnos. Las clases se iban pasando más o menos divertidas, y el trabajo les dejaba tiempo libre para salir a conocer la zona y también viajar a lugares cercanos. Pero el día de la presentación final se iba acercando, hasta que llegó el momento de tenerlo ya todo preparado porque al día siguiente había que hacer el ensayo delante de los profesores. Todos prepararon sus trajes la noche anterior y se quedaron hasta tarde memorizando y ultimando los detalles de su trabajo. Una de las chicas del grupo había cogido un resfriado infernal un par de días antes y apenas ya podía mantener los ojitos abiertos. Pero al fin llegó el día, y con los nervios propios del momento bajaron a desayunar los primeros en exponer mientras que otros aprovechaban parar alargar sus horas de sueño o repasar lo ya ensayado mil veces. Y fue en este momento, y no en otro, cuando comenzó a sonar un horrible ruido por toda la residencia. Era la alarma de incendios. Así que con nuestros trajes, tacones, portátiles, pijamas, pies descalzos, desayunos en la mano... hemos tenido que salir a la calle bajo una agradable lluvia (nótese la ironía) a resguardarnos bajo un árbol que no resguardaba nada. Y todo ¿para qué? PARA NADA, porque era un simulacro que no han tenido mejor día para hacer que el penúltimo que pasamos aquí y antes de las presentaciones grupales. La chica que ya de por sí estaba enferma no quiere ni pensar cómo estará mañana, así que se ha tomado su medicina y se ha subido a su habitación para escribir en su blog bajo las sábanas, de donde no piensa moverse en todo el día.


Espero que os haya gustado mucho, porque yo todavía tengo el pelo mojado. Pero obviando la interesante mañana que hemos tenido, por aquí todo sigue genial. Ayer terminamos las clases y ya solo nos queda estudiar para el examen final de mañana. Sentimientos divididos entre que California es genial y ya nos estamos acostumbrando, pero por otro lado tenemos unas ganas increíbles de volar a Florida y asentarnos de una vez por todas (por lo menos poder deshacer la maleta).
Respecto al  blog sé que no escribo tanto como debería pero es que aquí los días se quedan cortos porque siempre hay algo que hacer o nos vamos a algún sitio y, cuando no, yo me pongo malita y no tengo ganas de pensar.


Parte de la suerte que hemos tenido de estar aquí en estas fechas es que el lunes fue festivo por la celebración del día de Martin Luther King y pudimos aprovechar un fin de semana largo para viajar. Al igual que para visitar Hollywood, alquilamos unos coches y el sábado prontito en la mañana salimos hacia Las Vegas. El viaje en coche fue bastante largo, a través de desiertos con gasolineras cada muchos kilómetros (como en las pelis) pero mereció la pena porque la ciudad es un sitio increíble.

LAS VEGAS



NOCHE EN LAS VEGAS



Cuando el sol se fue y encendieron las luces, la sensación que daba era demasiado emocionante como para describirlo con palabras. Por no hablar de lo trabajado que se tienen cada detalle en los hoteles y espectáculos. La verdad es que nos lo pasamos genial allí y algunos se llevaron una cantidad decente de dinero (yo gané $10 la primera y única vez que probé las tragaperras, así que me quedé muy satisfecha). Al día siguiente pasamos la tarde en un OutLet que de barato no es que tuviera mucho, todo sea dicho, y volvimos a Riverside para no tener que pagar otra noche fuera.


ENCONTRÉ EL AMOR




El lunes volvimos a levantarnos pronto para salir hacia San Diego. El viaje fue bastante más corto y pudimos aparcar en el paseo marítimo, que luego estuvimos recorriendo hasta coger un barquito que nos llevó a Coronado Island, donde pasamos el día en la playa. Aquí fue donde cogí el resfriado de mi vida porque cuando se quitó el sol hacía un frío tremendo e inesperado mientras todos estábamos en ropa de verano (para la próxima hemos prometido aprender la lección). Luego volvimos al centro de San Diego para cenar y ver la ciudad, que es bastante bonita,  y por fin salir hacia casa directos a la cama.


GRUPO EN SAN DIEGO


El resto de la semana se ha basado en ir a clase y preparar el trabajo, hasta el día de hoy que ya os he contado al principio. Durante el viaje en avión del sábado, que es largo, intentaré editar los vídeos del finde para subir uno nuevo a Youtube, porque hacerlos me llevan mucho tiempo y aquí no me sobra. Me despido con fotos de mi grupo de clase, que ha sido el que me ha acompañado durante estas dos semanas, todos y cada uno son geniales, me ha encantado compartir clase con ellos y me han enseñado muchas cosas: las japonesas se hacen el alisado japonés, sus medicinas son casi todas por spray, se pueden dormir en cualquier momento y lugar... ¡¡les encanta el CACHONDEO!!

GRUPO B




CHALLENGE DAY




Os quiero y echo de menos,

Estela.

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